Teniendo en cuenta que hoy en día pueden suceder cambios drásticos en la economía, ya sea por decisiones políticas, cambios en el mercado, preferencias de los clientes u otras situaciones en las que los empresarios se vean obligados a tomar decisiones trascendentales, como recorte de personal o reestructuración organizacional. Se requiere que las personas opten por algunos mecanismos que permitan sopesar situaciones adversas como la pérdida del empleo.
Los seguros atienden estas situaciones, por lo tanto, deben existir en el presupuesto anual de cada persona según los riesgos a los que se pueda ver expuesta, ya que una mala decisión o dejar a la suerte el desenlace de sus finanzas, puede ocasionar grandes pérdidas o retrasar el cumplimiento de sus metas.
Un seguro de desempleo tiene el fin de cubrir el pago de las obligaciones del asegurado por un período de tiempo determinado, evitando que la persona gaste sus ahorros o venda sus bienes para cubrir dichas obligaciones. Este producto es ofrecido por aseguradoras, pero generalmente son los bancos los que tienen mayor interés en su colocación, por la comisión que reciben como intermediarios y porque el cliente puede cubrir las cuotas mensuales de sus créditos a través de este tipo de pólizas, evitando quedar en mora.
La mayoría de los seguros de desempleo que ofrece el mercado financiero cubren, para el caso de los empleados con contrato indefinido, el riesgo de pérdida involuntaria del empleo ya sea porque el despido se genere sin justa causa o finalización anticipada del contrato, (en algunas compañías cubren renuncia voluntaria o negociada con pago de bonificación, perjuicios causados por accidentes, invalidez por desmembración, gastos médicos, entre otros). De ninguna manera cubre en casos de despido justificado, huelga, cese de actividades, revolución, asonada o conmoción interior.
Por otra parte, en el caso de las personas independientes cubren el riesgo de no poder ejercer la activad (enfermedades graves e incapacidad total o temporal) realizando un desembolso mensual con el fin de que la persona independiente cancele sus pasivos.
Entre los beneficios que se pueden destacar de este tipo de seguros, es la tranquilidad que ofrecen al atender de forma oportuna la obligación del asegurado, proporcionan confianza, puesto que el asegurado cuenta con un dinero de respaldo ya sea para cubrir sus obligaciones en caso de enfermedad o para solventarlo mientras consigue un nuevo trabajo, además de evitar que el asegurado tenga reportes negativos ante centrales de riesgos.
En Colombia aún queda camino por recorrer en cuanto a la cultura del aseguramiento, generalmente se espera a que el riesgo se materialice antes de invertir en algún tipo de seguro, incluso se ha evidenciado que ciertos clientes de estos seguros desisten de continuar con el servicio, puesto que consideran que los costos asociados son altos a largo plazo, en comparación con realizar un ahorro o destinar ese dinero para otros fines.
Sea cual sea la posición que usted elija, algunas opciones usadas para sopesar una pérdida en caso de desempleo al no contar con este tipo de beneficios, son las cesantías recibidas al terminar el vínculo laboral, los diferentes tipos de ahorro ofrecidos por las entidades financieras y los subsidios de desempleo.
En lo referente a los subsidios de desempleo, las cajas de compensación, con las facultades que el Estado les confiere, entregan un beneficio económico (este solo se puede disfrutar una vez) el cual consiste en el pago de seguridad social durante seis meses, bono de alimentación de salario y medio dividido en 6 meses, que se pagará en cuotas mensuales a través de un bono y un programa de capacitación laboral que incluye prácticas y charlas de emprendimiento. Para acceder a esto se requiere estar desempleado y haber realizado aportes continuos o discontinuos a cualquier caja de compensación familiar en los últimos tres años, así: 1 año para trabajadores dependientes y 2 para independientes.